Análisis realizado para la asignatura de Sociedades del Asia Oriental (2º curso). No acaba de gustarme.
Metafísica dels tubs.
Amélie Nothomb.
Nothomb, Amélie,
Metafísica dels tubs, Barcelona:
Columna, 2001, 131pp.
En
Metafísica de los tubos, Amélie
nos presenta una autobiografía surrealista sobre los tres primeros
años de su vida. Nacida en Japón, hija de diplomáticos belgas, con
una aya japonesa y con un particular punto de vista, la pequeña
protagonista va narrando en primera persona aquellos sucesos que para
ella son trascendentales y que la marcarán para siempre.
Desde
una aproximación antropológica, la novela presenta una serie de
características propias (que no exclusivas) de la cultura japonesa,
como por ejemplo la dicotomía entre uchi/soto,
honne/tatemae, la
veneración a los antepasados, el exotismo, el amae,
evocaciones al furusato,
la concepción de nativo/patria o el continuo cambio de las cosas.
En
primer lugar la protagonista se presenta como Dios, completa en si
misma, sin nociones de su existencia en comparación a los demás y
sin ninguna duda que la motive a desarrollar un pensamiento o un
lenguaje, puesto que no los necesita. A partir del descubrimiento de
su individualidad y de darse cuenta de que no puede controlar aquello
que no es 'ella', comienza a desarrollar un patrón de aceptación en
su círculo interno: la creación de su uchi.
Empieza con su abuela materna, ya que el lazo que las une es el del
'nacimiento'. Su madre le dio a luz en un nacimiento físico, pero no
nació mentalmente hasta la edad de dos años y medio, gracias a su
abuela y al chocolate belga, alegoría del placer individual. Es en
este vínculo en el que se menciona el culto a los antepasados cuando
la abuela muere, no como algo ritual o tradicional, sino como el
hecho de “devolverle en mi memoria la vida que me ha
dado”.
Poco
a poco va inegrando a los miembros de su familia que le caen en
gracia a su uchi,
independientemente de los lazos de sangre que les unan (por ejemplo,
considera a la aspiradora como a una hermana, ya que se ve reflejada
en ella, mientras que desprecia a su hermano por no ver en él nada
positivo o que le aporte estabilidad). Es muy importante el uso del
lenguaje que hace la protagonista, aunque se comprende mejor desde
los conceptos honne/tatemae,
explicados más adelante.
Su
centro de seguridad, de armonía, se centra en el jardín de su casa
y en su persona. Después de escoger 'ser japonesa' incluye a toda la
comunidad dentro de su uchi,
hasta que conoce al personaje de Kashima-san, ya que destruye los
pilares de su lógica: la protagonista es japonesa, por lo que
comparte un vínculo con todos los japoneses, que les hace iguales.
Sin embargo, una japonesa como Kashima-san no parece aceptarle a ella
como tal, momento simbolizado en la presentación de la niña ante su
segunda aya vestida con un kimono.
Poco
a poco va abriendo su espacio de armonía a otras zonas, normalmente
relacionadas con el agua, como el Pequeño Lago Verde, o el
vecindario de la zona: “todo estaba en su sitio, como si
fuera mi casa”.
Los
momentos en los que sale metafóricamente de ese círculo de
seguridad producen situaciones de riesgo y peligro, como cuando
intenta alejarse de Japón en la playa y está apunto de ahogarse o
cuando intenta abandonar su habitación por la ventana. El exterior
le atrae, el soto le
fascina, aquello que es diferente a lo que conoce, pero a la vez le
proporciona experiencias negativas, que por otra parte no parecen
afectarle.
La
protagonista se introduce en en mundo del lenguaje con 'papa' y
'mama' como si fuera una mera formalidad, dando un claro ejemplo de
lo que es el tatemae:
aquello que se ha de decir, lo que es ideal para mantener la armonía.
Por el contrario, su tercera palabra está libre de toda
restriscción, por lo que es libre de decir aquello que quiera,
libertad que precisamente la reprime: se da cuenta del poder del
lenguaje y del peligro que conlleva si se utiliza mal. El vínculo
que le une a sus padres se reafirma por haberles dado nombre, por
haberles dado un rol social dentro de su vida, al margen de su unión
biológica. Las palabras, según la niña, también son capaces de
crear, de destruir, de matar o de ser inofensivas. La elección de
hablar en japonés refleja el vínculo que siente con su país, un
vínculo cálido que se opone a la frialdad con la que piensa en
Bélgica, ya que se niega a aceptar que también forma parte de ella.
También
salen a la luz los conceptos de omote y
ura. La protagonista
hace una diferenciación entre su capacidad interna y real de razonar
y hablar (ura), y de
la fachada exterior que presenta en frente de sus progenitores
(omote) ante los que
pretende no ser capaz para no desestabilizarles (rompería la
armonía). Es destacable el hecho de que sólo se presente tal y como
es realmente ante Nishio-san, su aya japonesa, que despierta en ella
un sentimiento de afecto más próximo al de una madre.
Es
en esta relación en la que surge el Amae,
una relación de interdependencia para demostrar el afecto mutio en
la que ambas partes son conscientes de ello: “ponía una
cara de sufrimiento sin otro motivo que mi deseo a ser consolada, y
ella me seguía el juego”. El
personaje de Nishio-san, junto al del jardín de su casa y el del
Pequeño Lago Verde producen en la pequeña una serie de sentimientos
de afecto y nostalgia característicos del furusato
o visión idílica de un lugar. Normalmente vinculado a una madre, en
este caso es el aya la
que cumple ese rol, fortaleciendo aún más el vínculo que la
protagonista tiene con ella.
Este
vínculo es el más importante de la novela, ya que es el detonador
de la tragedia más grande que pueda sufrir la niña: que le
arranquen de sus raíces. Comprender que un día tendrá que
abandonar el país que la ha visto nacer, que perderá a su madre
cultural, que perderá su centro de seguridad, le lleva a una muerte
interior expresada en su apogeo en la escena del estanque de las
carpas. Una muerte metafórica en el pleno centro de su uchi,
rodeadas del símbolo más representativo de un Japón que no es el
suyo, ante la mirada fría de una japonesa que no la acepta por ser
aparentemente occidental (mientras que la protagonista se considera
japonesa).
La
figura de Kashima-san sirve para presentar una contraposición al
furusato de la niña
(el jardín, el lago, la naturaleza...) con el furusato o
lugar ideal de la segunda aya. Un Japón anterior a a la Segunda
Guerra Mundial, gobernado por una nobleza fuerte y aristocrática,
que representa 'la cultura japonesa tradicional', los 'valores
japoneses', a los que situa por encima de otros valores debido a su
'originalidad' y siendo únicos en su especie. Da la impresión de
ser un personaje anclado en una época anterior, incapaz de
evolucionar junto con el tiempo, con una concepción generalizada,
etnocéntrica y racista de los 'occidentales'.
Por
último sale como tema a destacar la combinación de exotismos de dos
culturas en la figura del padre de la protagonista, el “cantante de
nô de los ojos
azules”, junto a un vínculo de maestro/discípulo del que
precisamente se prescinde del estereotipo extranjero: le trata con la
misma severidad que a sus otros discípulos, con la excepción del
baile (reflejo de que 'el nô es algo propio de la cultura japonesa
que solo un verdadero japonés puede comprender/realizar').
En
definitiva, muchos aspectos de la novela de Amélie Nothomb son
atractivos desde un punto de vista del análisis antropológica,
además de darle una profundidad que de otra manera puedes perderte.
Un lector ajeno a estos conceptos puede no comprender algunos de sus
aspectos más reveladores y quedarse en la comparación que la
protagonista hace de su persona con la de Jesús y la comparación de
su vida con la de una religión. Aun así, al ser estos conceptos
también parte de otras culturas, no solo de la japonesa, una persona
que aborde la novela desde un punto de vista autobiográfico al
margen del surrealismo de Nothomb es probable que vea reflejados
algunos aspectos de su vida: el dolor de perder a un ser querido, la
curiosidad por aquello ajeno a nosotros, vincular nuestro centro de
seguridad a un espacio conocido o la nostalgia que nos produce algún
lugar de nuestra infancia.
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