martes, 7 de agosto de 2012

Slavoj Zizek. En defensa de la intolerancia.


Reseña realizada para la asignatura de Introducción a las CCPP y a las RRII (1r curso). 


En defensa de la intolerancia
Slavoj Zizek

Tema

En defensa de la intolerancia es una crítica al actual pensamiento multicultural, que lleva a las masas a reunirse bajo un UNO pasivo bajo la falsa apariencia de que no existen diferencias reales, mientras la economía capitalista se extiende como el marco ‘natural’ de nuestra sociedad y escapa del debate político. 



Resumen y estructura

A lo largo de una serie de capítulos interrelacionados, Slavoj Zivek nos presenta sucesivamente los conceptos que forman la base de su pensamiento, que está fuertemente influido por el marxismo (él mismo se declara comunista*) y por la psicoanálisis, a través de los estudios de Jacques Lacan. 

En primer lugar define la hegemonía como una <<idea>> que da forma a nuestro cuerpo social. Según Slavoj, esa hegemonía defendida por los tolerantes multiculturalistas no es universal, ya que forma en sí misma un sistema: solo pueden disfrutar de ella los que consiguen entrar en él. Ese sistema es el del Capital, en el que las fuerzas dominantes se encargan de hacer que cada uno ‘ocupe el lugar que le corresponde’. La introducción de la discriminación positiva y de la identificación de sectores ‘minoritarios’ que luchan por sus derechos no hace más que reafirmar la teoría de que buscan ‘su’ lugar en el sistema.

A partir de esa idea, opina que nos encontramos en una post-política, es decir, no existe un conflicto o debate (en el que se manifiesta el verdadero poder de la política) real que ponga en peligro la macro-estructura en la que se llevan a cabo. La continua actividad “política” cultural que practica la sociedad es un manto que oculta la pasividad hacia el ‘núcleo’ de los problemas: la despolitización de la economía. Slavoj cree que esa ‘interpasividad’ de los sujetos puede solucionarse con la re-politización de la economía.



Comentario y valoración crítica

 Contexto

El libro intenta explicar la situación en la que nos encontramos desde la caída de la URSS y la instauración del Capitalismo en occidente, del pensamiento que se ha ido desarrollando en la línea del acercamiento cultural, la tolerancia, el alejamiento de la violencia directa… y de cómo ello ha acabado por ser una situación falsamente ‘neutral’, en la que los brotes de violencia salen ante el desconcierto de sus actores. 


 Fortalezas

Un punto a favor de En defensa de la intolerancia es la sub-estructura de su contenido. Está narrado de manera que el lector (multiculturalista en este caso) tenga que reflexionar al mismo tiempo que lee, y que él mismo se cuestione las preguntas que más adelante aparecerán contestadas en el texto. Anima a ser crítico con la lectura, puesto que las contrarréplicas que surgen en el texto llevan a dónde el autor quiere: 

“Cuando el multiculturalista responde a nuestras críticas con desesperación: “Cualquier cosa que haga es equivocada: o soy demasiado tolerante con las injusticias que parece el Otro, o le impongo mis valores. Entonces, ¿qué quieres que haga?”, debemos responderle: “¡Nada! ¡Mientras sigas aferrado a tus falsos presupuestos, no puedes efectivamente hacer nada!”. (pág. 61)”

Otro punto a su favor es la amplitud de temas que repasa en una crítica de apenas 100 páginas. Da la suficiente información como para que identifiques los puntos clave del problema que expone Slavoj, y que de ésta manera pueda tomarse como punto de partida para lecturas posteriores más concretas. 

Además, está escrito de manera ‘general’. La terminología y la referencia muy puntual a ejemplos históricos concretos ayudan a poder hacer una lectura personal, particular, sobre el tema. La situación de descontento que se narra en el libro puede aplicarse tanto a las reivindicaciones del pueblo de Polonia hacia la nomenklatura como a los “Indignados” acampados en la Puerta del Sol de Madrid. 


 Debilidades

La mayor crítica que se le puede dar es que es una lectura contradictoria en sí misma. Está pensada para ser una obra que ayude a la sociedad a reflexionar, publicada bajo una editorial cuya coletilla es ‘libros del ciudadano’ y en la que el mensaje que se da es el de que tenemos que salir de la pasividad en la que nos encontramos, de darnos cuenta del núcleo de los problemas que tenemos. Sin embargo, el autor se expresa en términos filosóficos, con abstracciones, utilizando ejemplos que no siempre alcanzan al lector, y pese a que la verdadera crítica la hace contra la actual despolitización económica, pocas veces la trata como un tema directo, y se recrea en aquello que la rodea y permite que se mantenga así. La solución que Slavoj propone no puede conseguirse con un público lector tan ‘limitado’.

Otra de las pegas es que en sus explicaciones intenta llevar al extremo un ejemplo o comparación con la intención de ser chocante y que el lector vea directamente a qué se refiere, pero en ocasiones acaba produciendo el efecto contrario: descrédito, cinismo o incluso que pueda tomarse como una ridiculez: comparar las relaciones lésbicas sadomasoquistas Amo-Esclavo al sentimiento de miedo ante la falta de control Estatal sobre nuestras vidas y el miedo a la libertad desmesurada creo que está fuera de tono, aparte de que lo toma como una generalización (y lo extrapola de la relación sexual per se). 


 Discusión y cuestiones

Como lectora ‘tolerante’, el libro me ha parecido interesante, aunque no me ha llegado a convencer. Es obvio que el mensaje del libro es el de hacernos ver el ‘Genio Maligno’ que se oculta tras la multiculturalidad que se defiende dentro del sistema Capitalista, pero para ello desacredita los puntos buenos que aporta ‘la tolerancia’. 

La falta de conflictos y el acercamiento cultural, por más que oculten una posición laxa ante el poder económico, son preferibles al permanente conflicto entre poderes. ¿Conformismo? ¿Pasividad? Puede parecer una actitud irresponsable, pero creo que poder cambiar una realidad tan asentada como el capitalismo en el que nos encontramos (aceptando que es algo impuesto y en muchos casos indeseables) es algo utópico. El autor critica la ideología derechista de ‘todos en el lugar que ocupamos’, pero a la vez se empeña en etiquetar las acciones o pensamientos de un multiculturalista con un doble significado que “irremediablemente es así”, no se puede hacer nada a menos que cambiemos el sistema económico. Personalmente creo que con un cambio así saldrían nuevos problemas, siempre en un círculo que se retroalimenta. 

Sobre el eurocentrismo del que habla a la hora de aceptar a las ‘otras’ culturas se puede contrarrestar con el orientecentrismo que practican los países del este al aceptar la nuestra. El relativismo cultural está presente en todas las sociedades: considerar que sólo nosotros condenamos o permitimos (con la superioridad que conlleva ese pensamiento) lo que nos parece extraño en la otra cultura es precisamente egocentrista. 

Por último, creo que Slavoj Zizek hace reflexiones interesantes, pero que llegan mucho más al público cuando habla directamente de lo que él cree, desde su punto de vista, en lugar de escribirlo de manera general y adoctrinante, usando ejemplos en mi opinión desafortunados. Como ejemplo cito la entrevista que hizo para El País en abril de este año: es mucho más directa, clara y es más fácil identificarse con su postura. 


Referencias/Bibliogragía

*La entrevista a la que hago mención en el apartado 3.4. y en la que el autor se declara como comunista es la siguiente:
http://www.elpais.com/articulo/portada/Slavoj/8Ei/9Eek/filosofo/anarquia/elpepisupep3/20110401elptenpor_1/Tes

*Y una vez acabado de leer el libro también he consultado dos estudios/opiniones publicadas en internet que he encontrado sobre él para contrastar lo que había entendido del texto. 
http://www.miguelangelquintana.com/zizek.pdf -> Sobre otra obra de Zizek.
http://www.solodelibros.es/02/05/2007/en-defensa-de-la-intolerancia-slavoj-zizek/

No hay comentarios:

Publicar un comentario