Reseña realizada para la asignatura de Sociedades del Asia Oriental (2º curso).
Spoilers ahead.
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Muerte de una heroína roja
Muerte
de una heroína roja
es la primera novela de Qiu Xiaolong, escrita en lengua inglesa y
publicada en el 2000 en Nueva York. Lejos de ser una novela negra
convencional, la obra de Xiaolong utiliza la investigación de un
crimen como telón de fondo para presentarnos el entorno de Shanghai
en los años 90: una ciudad en pleno desarrollo económico, con
grandes cambios sociales y políticos que encuentran sus raíces en
las reformas económicas impulsadas por Deng Xiaoping en 1978. A
través de los ojos del protagonista y de otros personajes
secundarios, el autor de la novela dibujará un contexto social en
diferentes temáticas y con una gran variedad de matices.
<<Una
vida destruida en la flor de la edad>>.
La
historia nos presenta el asesinato de Guan HongYing, una trabajadora
modelo de rango nacional de la que, pese a su éxito laboral y
reconocida fama, no se sabe prácticamente nada en relación a su
vida privada. Este caso será el primero al que tenga que hacer
frente el recién ascendido inspector jefe Chen, un joven miembro del
Partido Comunista Chino con más pasíon por la poesía y la
gastronomía que por el oficio de policía. Con su ayudante Yu
Guangming, Chen investigará el entorno de Guan y poco a poco irá
desentrañando la doble vida que llevaba la joven como trabajadora
destacada e inmaculada y como mujer enamorada y pasional, con un
final trágico a manos de su amante: Wu Xiaoming, el hijo de un
cuadro superior del PPCh con riqueza, poder y carisma. La intriga que
despierta en el lector a mitad de la novela no es tanto el '¿quién
es el asesino?' sino el '¿podrá ser arrestado por ser quien es?',
'¿Prevalecerá la justicia?'. En este caso, la justicia resulta ser
relativa: ¿es juzgado por haber asesinado a Guan o por ser un
ejemplo del mal que puede acarrear la burguesía occidental?.
<<Conseguir un piso
nuevo en Shanghai era una ocasión digna de celebrar>>.
Uno
de los temas que se tratan nada más empezar la novela es el de la
falta de viviendas en la ciudad de Shanghai. Gracias a la economía
de mercado introducida a finales de los 70, las ciudades costeras
urbanas crecieron durante una década a un ritmo acelerado. La mejora
de la calidad de vida en general aumentó el número de la población,
y pese a la ley del hijo único, la sobrepoblación sigue y seguirá
siendo un problema importante para el gobierno. Además, el sector de
la construcción atrajo en los 90 a un gran número de trabajadores
que ofrecían sus servicios de mano barata a algunas empresas, que
hacían la vista gorda en muchas ocasiones al hukou
de los obreros a cambio del ahorro que simbolizaba no hacerse cargo
de su seguridad social. A partir de 1949, las instituciones
gubernamentales eran las propietarias de los apartamentos y eran las
encargadas de distribuirlos por la población mediante solicitudes y
listas de espera. Las grúas (o "pájaros amarillos")
invadían la ciudad creando cada vez edificios más altos para dar
cabida a tanta población, si bien conseguir que el Partido te
adjudicara un piso nuevo pequeño era tan complicado que era más
cuestión de contactos o de suerte.
En
la novela, Chen
tiene la sospecha de que ha conseguido un piso gracias a su condición
de inspector y miembro en auge del Partido, lo cual no parece
desacertado. De una o dos habitaciones y la mayoría con baño y
cocina compartidos, los pisos solían acoger a familias enteras en
espacios reducidos. Los menos afortunados, incluyendo a los
estudiantes y a los solteros, solían acabar en dormitorios, como el
personaje de Guan Hongying. El hecho de que Chen sea soltero y tenga
un piso con baño propio nos da una pista sobre la importancia de la
influencia política en la China de los 90 y de la envidia que puede
suscitar ante los cuadros superiores.
<<Era para él un deber moral conocer, como un
habitante más, el suplicio del tráfico de Shanghai>>.
Que
Chen prefiera caminar para despejar su mente se puede considerar una
ventaja en una ciudad como Shanghai, aunque cuando es ascendido a
director suplente de la Oficina de Control del Tráfico de Shanghai
no tiene más remedio que fijar su atención en un problema que se va
repitiendo a lo largo de la novela: la falta de desarrollo en los
transportes públicos y en infraestructuras de la ciudad. Entre las
obras que plagan la ciudad, muchas de ellas están destinadas a la
creación de nuevas carreteras, puentes y metros, y se le da
importancia al control de la circulación a través de comités
locales. Con el crecimiento de capital privado de empresarios y altos
cargos políticos y, en general, del mayor poder adquisitivo de unos
pocos, el número de coches privados en la ciudad se hacía cada vez
más elevado. Además, por culpa del sistema de distribución laboral
que se llevaba a cabo desde el fin de la Revolución Cultural, que
ignoraba el lugar de residencia como criterio para adjudicar
trabajos, una gran parte de la población Shanghainesa tenía que
desplazarse diariamente a su lugar de trabajo mediante coches, buses,
metro, taxis o bicicletas, como le ocurre al personaje de Peiqin, la
mujer de Yu Guangming, agravando aún más la circulación en las
carreteras. Durante la
investigación, también se pone de manifiesto que el número de
taxis que trabajan en negro es tan elevado que es imposible
rastrearlos a todos.
<<Si hay algo que le interesa en Guangzhou,
quizá pueda ayudarle>>.
En la sociedad china las relaciones sociales son de gran
importancia. Las redes sociales guanxi
de Chen juegan un papel vital en el desarrollo del caso, facilitando
en muchos casos la adquisición de información, de recursos o de
contactos necesarios que, sin esa red social, hubiera sido muy
complicado de conseguir. Por una parte tenemos a la periodista Wang
Feng, que pese a no poder publicar libremente todo lo que desee en el
Wenhui,
supone una buena fuente de información para el investigador.
Su amigo "Chino de Ultramar" le pide en este
caso un favor económico a Chen, que se ve obligado a aceptar pese a
sus propias dificultades económics, y más tarde se lo devuelve
ofreciéndole no sólo el 50% de su nuevo y exitoso restaurante de
inspiración eslava, sino información, refugio y, de regalo, un
intento de actuar de celestina entre Chen y Wang.
También Luo Ouyang, el hombre de negocios apasionado
por la poesía que Chen conoce en Guanzhou, resulta ser clave para la
localización de Xie Rong, una de las pocas pistas con las que cuenta
el inspector para avanzar en el caso. Sin la ayuda de este contacto,
hubiera sido prácticamente imposible conseguir su dirección
mediante los procesos legales y desde el departamento de policía del
lugar.
Por último, el padre de Yu, el "Viejo Cazador",
supone una gran baza para conseguir el testimonio acusatorio de Guo
Qiang, el amigo de Wu Xiaoming, para el que ofrecía una coartada
para el asesinato (producto de otra relación de favores entre Guo y
Wu).
Muchos otros personajes secundarios también aportan su
grado de arena en la novela, como el Secretario del Partido Li, la
mujer de Yu, o un antiguo romance de Chen, Ling, que será la pieza
que efectúe el 'jaque mate' de toda la investigación.
<<Un veterano como Wu Bing, en coma y postrado
con una máscara de oxígeno, debía permanecer como una figura
intocable y eso incluía su mansión, su coche y, por supuesto, sus
hijos>>.
La
novela presenta uno de los grandes problemas a los que se enfrenta
China en la actualidad en materia de criminología: pese a la tasa de
criminalidad del país es relativamente baja, los esfuerzos del
gobierno para poner freno a su crecimiento no acaban de dar el
resultado esperado. La mano dura aplicada en casos de resolución
rápida o de infracciones que en otros países se consideran leves,
como el robo o la venta de software pirata, no se reproduce con la
misma severidad en el crimen organizado (como por ejemplo los
burdeles) ni se aplica de igual manera dependiendo de la persona
implicada y en el grado de inestabilidad política que pueda suponer:
la armonía social y los intereses del Partido parecen ir ante todo.
En este caso, el personaje de Wu Xiaoming se escuda tras la
protección de su padre (un veterano cuadro superior) y la influencia
de la familia de su mujer, para
cometer una serie de excentricidades extramaritales, delitos varios
como el chantaje o la falsificación de documentos y, en última
instancia, de asesinar. La pena de muerte, aplicada en China
sistemáticamente, no parece suponer un elemento disuasorio para él,
ya que confía en su impunidad
<<¿Qué pensará la
gente? ¡Bancarrota ideológica!>>.
Hacia la mitad de la novela, el
enemigo 'de facto' al que se han de enfrentar Chen y Yu para atrapar
al verdadero criminal, Wu Xiaoming, pasa a ser el propio Partido
Comunista de China. El mero hecho de que el viejo comisario Zhang,
aparentemente jubilado y sin el poder con el que contaba
antiguamente, encuentre una conexión entre un poema de Chen y los
incidentes de 1989 en la Plaza de Tiananmen crea una brecha por la
que el Partido intentará frenar la investigación del asesinato de
Guan, anteponiendo la estabilidad política ante todo. El Comité de
Disciplina del Partido, un órgano interno del propio partido,
seguirá los pasos del inspector sin reparar en medios, como por
ejemplo pinchar su teléfono o dar una mala imagen de él hacia a sus
compañeros de trabajo: el Partido te da poder y el Partido te lo
quita. Su relación no oficial con una periodista casada, su
vinculación con un 'salón de masajes' en Guangzhou o su caracter de
"reformista" le ponen en el punto de mira de los altos
cargos. Lo irónico es que el inspector jefe Chen tiene que recurrir
precisamente a la ayuda de una HCS con influencia para desencallar la
investigación y atrapar a Wu.
<<Estilo de vida burgués
decadente... Mmm... Es una acusación muy popular>>.
Con la implantación del sistema
socialista de mercado, la diferencia del nivel de vida entre ricos y
pobres cada vez se hace más acusada. Las personas con poder viven en
barrios de lujo, en mansiones de corte occidental y tienen coches
importados. Los menos agraciados viven en pisos y habitaciones
compartidas, sufrieron los estragos de la Revolución Cultural y, en
ocasiones, tienen dificultades para conseguir productos de primera
necesidad incluso a precio oficial. La ostentosidad de los
"capitalistas burgueses" no está bien vista por la
población, y genera un clima de crispación y tensión dirigida en
especial hacia los hijos de los cuadros superiores. El propio Chen es
acusado de llevar un estilo de vida burgués decadente cuando el
Partido lo ve como un obstáculo para su estabilidad política.
<<La justicia es como una
esfera en manos de un mago: cambia de color y de forma a la luz de la
política>>.
Finalmente, cuando Wu es acusado y
condenado, la pena de muerte (vista con buenos ojos por la mayoría
de la población China) se emplea en este caso para “apaciguar la
ira de las masas”, citando a Mao, y para dar un mensaje del Partido
a la ciudadanía: el sistema de vida burgués puede acabar
corrompiendo hasta a los hijos de veteranos marxistas; es un mal que
ha de ser combatido sin importar la condición de la persona. La
justicia es igual para todos. ¿Es eso cierto? La novela da a
entrever, mediante los pensamientos de Chen, que Wu no muere por
haber asesinado a Guan Hongying: muere como chivo expiatorio, para
servir de ejemplo a sus semejantes, para fijar las directrices del
Partido y dejar claro su posicionamiento ante el modelo occidental.
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