martes, 7 de agosto de 2012

Tecnología y Guerra


Breve artículo sobre los avances tecnológicos en la China premoderna y su repercusión la forma de ejercer la guerra, realizado para la asignatura de Historia Premoderna del Asia Oriental (2º curso).


Tecnología y Guerra



A lo largo de la historia de China, la guerra ha ido evolucionando en formato y magnitud. Los avances tecnológicos relacionados con ella están sujetos a cambios sociales, económicos y políticos, y la mayoría consisten en la introducción de nuevos materiales y armas.



En la dinastía Xia los materiales más comunes para la fabricación de armas, como hachas o flechas, eran la piedra pulida, la madera y el hueso, herencia de las culturas Yangshao y Dawenkou. Se comienza a practicar además la técnica de la tierra apisonada para la construcción de ciudades y la posterior fortificación de alguna de ellas, si bien las murallas no serán un elemento habitual hasta la época de los Zhou.


El descubrimiento del bronce a finales de los Xia marca el fin del neolítico y va unido al surgimiento de la dinastía Shang, que adoptará dicho material para fundir nuevas armas y objetos destinados a la guerra. Las hachas-puñales ge eran las más habituales y se hacían de cobre, de piedra o incluso de jade. La guerra estaba reservada para las clases sociales elevadas, y el carro de combate, además de ser un instrumento de guerra, pasa a ser un emblema de las casas nobles y del rey para poder combatir con honor: a más carros, más poder. Eran carros de caja cuadrada tirados por dos caballos, y algunas de sus piezas y los arneses estaban fabricados con cobre.


A principios de la dinastía Zhou se mantuvo el bronce para la fabricación de armas, pero con el descubrimiento del hierro y los cambios sociopolíticos de la época pronto se dieron nuevos cambios tecnológicos. Durante los Reinos Combatientes los arcos retroflexos de doble curvatura, utilizados desde la Antigüedad, dan paso a un tipo de ballesta tensada con el pie, que se irá perfeccionando durante siglos. A mediados del siglo VI aC aparecen la espada de hierro y la caballería, probablemente de influencia esteparia, e incluso se adopta una vestimenta de túnica y pantalón más práctica para montar. Debido a la creciente importancia de la infantería en detrimento a los carros, también se va mejorando la fabricación de armaduras. A partir del siglo III aC el hierro pasa a ser tan común como el bronce en la fabricación de armas: se mejoran los fuelles para las fundiciones y se practica la producción en cadena, mejorada con la técnica del martilleo para afilar hachas, cuchillos y espadas.


Con la llegada del primer emperador Qin comienza una época de mejoras técnicas a gran escala: para defenderse de los xiongnu se alza una Gran Muralla al norte de China; para mejorar el desplazamiento de tropas y reservas se construye una gran red de carreteras, incluída la zhi dao o 'camino recto' en la zona estratégica de Xianyang hasta el desierto de Ordos, con más de 800km de largo; también se contruyen canales para facilitar las expediciones militares, como el que une el Yangzi con el río Xi.


Durante los Han, además de continuar con las grandes obras empezadas por los Qin, se mejorarán las comunicaciones para las batallas creando puestos vecinos de vigilancia y un sistema de lenguaje codificado con banderillas rojas y azules. Aparece también el fuelle de pistón doble, que generará una temperatura mayor para las fundiciones, y el molino de agua, introducido durante la usurpación de Wang Mang, generará la fuerza hidráulica necesaria para facilitar el uso de dicho fuelle. Gracias a esos progresos realizados en pos de la siderurgia, el hierro pasa a ser el material más común para la fabricación de las armas: los Han utilizaron sobretodo espadas, hachas, arcos y flechas, ballestas, catapultas e incluso alabardas.


Gernet, Jacques, El Mundo Chino. Barcelona: Editorial Crítica, 1999.

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